Z. tiene cinco años, es cariñosa, tozuda y, si la molestas,
le sale una mala uva difícil de controlar;
M. acaba de cumplir los diez, no juega con otros niños,
pero le explica a los demás padres como tratar a los mas pequeños
y el porque son revoltosos, y maneja el ordenador tan bien
que sus profesores le consultan,
aunque, por otra parte, es incapaz de bañarse solo
o de interpretar una indirecta: "M...porque no has hecho la tarea??
contesta o el gato te comió la lengua??",
y el no sabe como explicar a la profe que no tiene gato
y que, en todo caso, estos no comen lenguas de niño;
a Z. le han usado para, supuestamente, mejorar las condiciones de su colegio,
y "su caso" anda por expedientes administrativos que van de inspectores
de educación a psicólogos de apoyo y viceversa;
todo eso les sirve como justificación para pedir "ayuda para el centro"
porque dicen en dirección que su comportamiento
interfiere en la programación de las clases y en el bienestar
de los demás niños, y es que Z. mordió a una niña muy sensible
y la foto con la señal de la mordida circula por internet
como prueba del terrible crimen;
M. se sienta solo en el recreo, no sabe como interactuar con los demás,
hace unos días que otro niño se acerca le dobla los dedos y
así cada día...nadie se ha parado a pensar que el niño agresivo
puede tener un grave problema familiar,
siempre es mas fácil y cómodo tapar lo que no es sencillo
de digerir, haciendo hincapié en que el "diferente" es origen
y causa de todos los problemas;
pero el único y gran problema de Z. y M. es que han sido catalogados,
padecen un síndrome, y así sabemos que ambos tienen mas de un 33%
de discapacidad y, claro, eso lo explica todo;
aunque la terrible, oculta y desoladora verdad
es que los adultos encargados de su educación y cuidado
han sido, a su vez, inculcados de un rechazo sutil al "distinto"
y así, los niños "normales" influenciados (involuntariamente o no tanto)
por unos padres "enfermos dentro de la normalidad",
dirigen su crueldad hacia el diferente, mientras pocos educadores
se paran a pensar que muchos de esos comportamientos
están producidos, a su vez, por ambientes
familiares totalmente desequilibrantes, y que, en definitiva,
el niño cruel es tan víctima como el "distinto".
(Z. es s. de Down, mientras M. lo es de Asperger)