jueves, 17 de enero de 2013

times IV



la ultima estación,  una cualquiera,  ha traído marivuelas (lnunca se posan) y canela en rama,  que los pequeños devoran en ensaladas sin aliñar;  muy cerca, en el patio interior de la mansión, otros niños juegan con bolas de nieve de un azul muy metalizado;  y mientras,  ajena a todo,  el ama de llaves rebusca entre el césped del salón una poción,  puede que mágica,  que le devuelva al menos una parte del legítimo poder

 como es bien sabido,  las ardillas nunca meriendan solas ni los geranios conocen el correcto funcionamiento de las cocinas de gas,  pero con buena voluntad y algo de pericia por parte de un mayordomo amable y nada afectado, el ritmo parece que pudiera continuar

alguien enciende una luz,  y ya nada es igual,  como es lógico

en algún momento,  justo en algún momento,  los ciclos diluirán el paisaje y todo volverá a empezar...o no

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