martes, 10 de enero de 2017

És un bon noi, pero té las seves coses

Mis hijos ya llevan una parte significativa de sus vidas en Cataluña. Pese a que sigo pensando que el hecho de que en el centro de Barna la gente se pueda entender en castellano (muchas veces en inglés) sin tener que aprender el catalán, es una ventaja y no un problema (puedo entender que un nacionalista opine lo contrario, desde luego), también veo normal que los chicos hayan decidido aprender el idioma propio del lugar en el que viven, y más teniendo en cuenta que si algo me parece incuestionable,  es precisamente el hecho de que terminamos siendo un poco del lugar en que vivimos.

Como a la hora de los viajes no lo tengo claro, porque mi relación con los aviones no es racional en absoluto (lo llaman fobia-tengo esa cosaaa, que diría M. Vieira)), de momento he decidido acompañarles en ese otro "viaje" y aprender algo de catalá. Hay algo que dicen por allí  "de mica en mica s'omple la pica i de gota en gota s'omple la bóta"/poco a poco se llena la pica y gota a gota se llena la cuba, que será cuestión de aplicar para que no me pase como con el inglés o con dejar de fumar.

Bon dia.


viernes, 6 de enero de 2017

¿Existe Canarias?




Ese problema que aparece a veces en las redes cuando se agrega a la gente sin preguntar...quizás esa es la madre de todas las discordias en el caso del puzzle al que llaman España.
Decían hace poco en un mitin que "Canarias no puede ser una colonia turística". Décadas llevan nuestros políticos hablando de la necesidad de diversificar la economía. Un dato alarmante es que Canarias produce menos del 10% de lo que consume, unas cifras inaceptables (se recomienda no menos de un 20% para territorios continentales y no menos del 30% para insulares). Mejor ni hablar del producto básico de cualquier civilización o territorio, el cereal (1% en nuestro caso); en el recuerdo queda el tiempo en que Fuerteventura era conocida como "el granero de Canarias".
Y hablando de colonias, hasta mitad del siglo XIX lo fuimos oficialmente de España, y a principios del XX de G. Bretaña a nivel económico aunque no político; es por eso que las principales empresas dedicadas al comercio del tomate o el plátano fueron fundadas por ellos (absurdo que un lugar con carencia de agua cultive plátanos, por muy buenos y sabrosos que sean, pues sus necesidades de agua son bestiales).
En cuanto a quienes somos, la "mala educación" del dictador se encargó de convencernos de que no existíamos, aunque el único estudio serio (que yo conozca, al menos) sobre la genética de la actual población de nuestras islas (Univ. de Navarra y La Laguna) estima que al menos el 50% de los nacidos aquí conservan genes de los antiguos pobladores, los llamados de manera incorrecta guanches, pues estos vienen a ser los antiguos habitantes de Tenerife. El estudio concluye que esos genes se conservan sobre todo por linea materna, lo cual tiene todo el sentido, pues los piratas suelen ser siempre hombres, como lo son también quienes son asesinados o esclavizados en mayor medida por los colonizadores.
De la misma forma muchos se empeñan en cambiar el nombre de la isla en la que vivo y la llaman "Tamarán", que es un vocablo que se empezó a usar en el siglo XIX; de todas las maneras Canaria (la tierra de los canarii-el gran fue un regalo del colonizador a cambio de robarle la libertad), terminó dando nombre a las islas y a sus habitantes, como Tenerife hizo lo propio con los anteriores pobladores, y así hoy en día se les conoce como guanches (guan-chines, hombres de Chinet/Tinerfe), castellanizado más tarde hasta el guanches actual.
No hace mucho, me confirmaba un antropólogo que sigue residiendo en Agáldar (hoy conocida como Gáldar), antigua capital de uno de los dos reinos o guanartematos en que se dividía la isla a la llegada de los delincuentes europeos, que una parte de nuestros antepasados familiares (los Bautista de la zona) desciende directamente de los canarií, aunque ya tenía claro que también tenemos parentesco con españoles, venezolanos o cubanos (como tantos y tantos canarios); la conclusión es que eso no nos hace mejores ni peores, pero por supuesto que uno quiere decidir quien es y no que vengan desde fuera a explicárselo.