las piezas a veces encajan

suena el teléfono a esa hora
en que dudas si las calles
están ya puestas
o todavía andan los empleados
del ayuntamiento extendiendo
el asfalto y colocando las señales
de hecho no lo se
estoy en la cama todavía
disfrutando de ese placer morboso
que se produce en los escasos días
en que cuentas con la complicidad
del despertador: "te queda casi una hora"
"hola??"
y de repente te alegras
porque eres consciente de
que pequeños esfuerzos
al parecer sin mayor trascendencia
han dado un estupendo resultado
y que si a veces
unos días de trabes mentales
parece que puedan
tirar por la borda
años del mejor rollo
en otras ocasiones
las cosas aparecen
colocadas en su lugar
casi sin esperarlo
un bonito e inesperado regalo
para empezar el día...