Si le decían a alguien que estuviera de visita en Las Palmas que ese señor con pinta de vagabundo y que a menudo balbuceaba más que hablaba ("sólo soy a ratos"), era uno de los poetas vivos más notables en lengua castellana (fue la voz más potente de la nueva poesía, de los "Novísimos" que se inventó Pere Gimferrer junto con Josep María Castellet en 1970), te miraban bastante extrañados.
Protagonista de por vida de "El desencanto" -de los Panero- (Javier Chávarri/1976), y capaz no sólo de seguir escribiendo desde el psiquiátrico ("cuando no me envenenan con haloperidol"), sino también de publicar y vender tanto o más que en años 70, cuando muchos hicieron de "Así se fundó Carnaby Street" una especie de símbolo contracultural.
Hace años le llevaron a Chile (aquí vivía en régimen de semi-internamiento), y en Santiago los universitarios lo recibieron casi como a una figura de rock, le escuchaban ensimismados y celebraban sus salidas de tono: "Un momento que voy al baño, me lo permito todo, excepto cagar en la silla".
También Carlos Ann y E. Bunbury se acercaron (lo pretendieron) a Leopoldo Mª; se llevaron de paseo al "poeta maldito" por bares y plazas...resumiendo: Panero los vampirizó con facilidad ("sois para mí alimento, y el espanto profundo de tener como espejo único esos ojos de vidrio, esa niebla en que se cruzan los muertos, ese es el precio que pago por mis alimentos"). Mas tarde hubo hasta un disco con sus poemas y lo exhibieron por salas y discotecas..."inolvidable" Bunbury, gritando por un altavoz y destrozándose la garganta hasta convertir la terrible angustia vital de Panero en un espectáculo grotesco y vacío...luego, le devolvieron al psiquiátrico; cuando se despedían, les dijo: "igual los que estáis encerrados sois vosotros".
Consciente por momentos de su situación mental ("los locos somos una suerte de medio hombres, un alcohol sobredeterminado, en el que influye, lo mismo que en el sueño, la desesperación"), y capaz de recitar de memoria en inglés, francés o castellano poemas de autores norteamericanos o franceses ("soy la reencarnación de Artuad")...o totalmente perdido y babeante ("es el haloperidol"), con problemas antiguos de drogas legales e ilegales ("me autodestruyo para saber que no soy los demás"), y por supuesto, desconectado emocionalmente del resto de los humanos...su hermano Michi venía a decir que era un bicho malo, mientras que él se parapetaba y buscaba explicación en su desequilibrio mental: "lo más terrible de quien no puede escapar es la absoluta soledad...la gente huye del loco"
Convirtió la propia autodestrucción en su obra, hasta no ser más que la sombra de si mismo ("si, algunos tenemos que arrastrar de día el carro de las marionetas nocturnas y ser una de ellas sin remedio")
Descanse en paz, algo que Panero seguramente añoraba mucho más de lo que admitía.
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