martes, 17 de noviembre de 2009

angeles o demonios











Z. tiene cinco años, es cariñosa, tozuda y, si la molestas,
le sale una mala uva difícil de controlar;
M. acaba de cumplir los diez, no juega con otros niños,
pero le explica a los demás padres como tratar a los mas pequeños
y el porque son revoltosos, y maneja el ordenador tan bien
que sus profesores le consultan,
aunque, por otra parte, es incapaz de bañarse solo
o de interpretar una indirecta: "M...porque no has hecho la tarea??
contesta o el gato te comió la lengua??",
y el no sabe como explicar a la profe que no tiene gato
y que, en todo caso, estos no comen lenguas de niño;
a Z. le han usado para, supuestamente, mejorar las condiciones de su colegio,
y "su caso" anda por expedientes administrativos que van de inspectores
de educación a psicólogos de apoyo y viceversa;
todo eso les sirve como justificación para pedir "ayuda para el centro"
porque dicen en dirección que su comportamiento
interfiere en la programación de las clases y en el bienestar
de los demás niños, y es que Z. mordió a una niña muy sensible
y la foto con la señal de la mordida circula por internet
como prueba del terrible crimen;
M. se sienta solo en el recreo, no sabe como interactuar con los demás,
hace unos días que otro niño se acerca le dobla los dedos y
así cada día...nadie se ha parado a pensar que el niño agresivo
puede tener un grave problema familiar,
siempre es mas fácil y cómodo tapar lo que no es sencillo
de digerir, haciendo hincapié en que el "diferente" es origen
y causa de todos los problemas;
pero el único y gran problema de Z. y M. es que han sido catalogados,
padecen un síndrome,  y así sabemos que ambos tienen mas de un 33%
de discapacidad y,  claro,  eso lo explica todo;
aunque la terrible, oculta y desoladora verdad
es que los adultos encargados de su educación y cuidado
han sido, a su vez, inculcados de un rechazo sutil al "distinto"
y así, los niños "normales" influenciados (involuntariamente o no tanto)
por unos padres "enfermos dentro de la normalidad",
dirigen su crueldad hacia el diferente, mientras pocos educadores
se paran a pensar que muchos de esos comportamientos
están producidos, a su vez, por ambientes
familiares totalmente desequilibrantes, y que, en definitiva,
el niño cruel es tan víctima como el "distinto".
(Z. es s. de Down, mientras M. lo es de Asperger)

2 comentarios:

La Lola dijo...

Tema complicado, sobretodo porque lo de la línea de la normalidad???? quién lo determina?. Los niños son niños, parece una chorrada lo que digo, pero hay que pensar en lo que es un niño¡¡¡Su mundo pequeño puede ser muy duro y cruel, deberíamos tratarlos con mucha delicadeza y cariño.Un besote paisa

josman dijo...

en este caso, creo que los adultos intervienen, o lo han hecho hasta ahora en casi en todo el proceso, de manera negativa, discriminatoria y manipuladora...aunque, poco a poco, y a base de unos padres que no dan la batalla por perdida, el objetivo de conseguir la integración de Z está cada vez mas cerca

otro beso para ti, paisa guapa