lunes, 23 de noviembre de 2009

las cosas deseadas










Desiderata (del latín desiderata "cosas deseadas", plural de desideratum) es un poema cuyos derechos de autor son del año 1927 y pertenecen a Max Ehrmann; fue publicado en 1948 (después de la muerte de su autor) en una colección de poemas titulada Desiderata of Happiness, recopilados por la esposa de Ehrmann.

En la década del 60 circuló la afirmación de que había sido encontrado en la iglesia St. Paul de Baltimore, en Maryland, Estados Unidos. También se decía que había sido escrito en 1692 (año de la fundación de la iglesia).





Camina plácidamente entre el ruido y las prisas,

y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.

Mantén buenas relaciones con todos

en tanto te sea posible, pero sin transigir.

Di tu verdad tranquila y claramente;

Y escucha a los demás,

incluso al torpe y al ignorante.

Ellos también tienen su historia.

Evita las personas ruidosas y agresivas,

pues son vejaciones para el espíritu.

Si te comparas con los demás,

puedes volverte vanidoso y amargado

porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros, así como de tus planes.

Interésate en tu propia carrera,

por muy humilde que sea;

es un verdadero tesoro en las cambiantes visicitudes del tiempo.

Sé cauto en tus negocios,

porque el mundo está lleno de engaños.

Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;

mucha gente lucha por altos ideales

y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé tu mismo.

Especialmente no finjas afectos.

Tampoco seas cínico respecto al amor,

porque frente a toda aridez y desencanto,

el amor es tan perenne como la hierba.

Acepta con cariño el consejo de los años,

renunciando con elegancia a las cosas de juventud.

Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia,

pero no te angusties con fantasías.

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Más allá de una sana disciplina,

sé amable contigo mismo.

Eres una criatura del universo,

al igual que los árboles y las estrellas;

tienes derecho a estar aquí.

Y, te resulte o no evidente,

sin duda el universo se desenvuelve como debe.

Por lo tanto, mantente en paz con Dios,

de cualquier modo que le concibas,

y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,

mantente en paz con tu alma

en la ruidosa confusión de la vida.

Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos,

éste sigue siendo un hermoso mundo.

Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz”.



2 comentarios:

Rbk09 dijo...

Gracias Joss por publicar ésto, no lo conocía y (menos la parte de "mantenerse en paz con Dios") es precisamente lo que necesitaba leer en estos momentos.
Besos y abrazos chicharreros.

josman dijo...

quizas suena raro viniendo de un agnóstico, pero en todo caso lo de "tal como lo concibas" es lo que me hace estar en paz con desiderata

besos canariones para ti