Ocurrió en una de las calas del sur de GC donde solíamos ir a pasar el fin de semana. Ese día solo estábamos nosotros, dos chicas de entre 18-20, una adolescente que podría tener 15 en aquel momento, y un servidor, 26.
El día transcurrió sin mayor novedad, y cuando ya hacia rato que había anochecido me dice una de las jóvenes: "Hay una verbena...¿vamos?", "No, no me apetece ir de verbena con tres mujeres, una de ellas una adolescente", "Pues si no te parece mal nosotras nos vamos de marcha", "pues que lo pasen bien, y ya saben, a tener cuidado".
No mucho después de que se marcharan vi bajar por uno de los complicados accesos a tres individuos que no me gustaron nada desde el minuto uno. Se colocaron algo alejados y no terminaban de montar la tienda, parecían discutir entre ellos, y no eran discusiones agradables ni respetuosas, así que la impresión era cada vez más negativa.
Al final no fue tan terrible. Me acerqué a ellos y les salude, me ofrecieron una copa que se multiplicó en poco tiempo, encendieron porros...y todo en una atmósfera con la que era complicado empatizar, pero al final sirvió de algo porque ni se plantearon acercarse a mi tienda, donde dormía la adolescente.
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